LA SUPERVISIÓN DE COMPETENCIA EN EL SECTOR ELÉCTRICO DE CHILE

Por Javier Tapia, Director Ejecutivo de la Asociación de Transmisores de Chile 

Mientras más se desarrollan los mercados, más se multiplican los problemas de competencias, por lo tanto, es razonable que el sector eléctrico vaya avanzando hacia una mayor supervisión. Los datos de la CNE empiezan a mostrar que efectivamente a partir del año 2000 y hasta 2020, el número de actores en generación crece exponencialmente. Desde 2010, se ha más que duplicado el número de actores que están desarrollando proyectos de generación. Por ende, se podría esperar más niveles de competencia en distintas tecnologías también, no sólo en número de actores. 

Por su parte, los temas regulatorios pasan por el acceso, en cómo toda esta competencia accede al segmento monopólico en condiciones no discriminatorias y equitativas. Por ello, las normas de acceso han devenido en un tema cada vez más importante en materia de competencia. De hecho, hemos ido perfeccionando el régimen de acceso a lo largo de los años. En el año 2004 la trasmisión se definió como servicio público y se inició por primera vez el concepto de servicio de acceso. Luego, hemos tenido desarrollos bastante importantes en materia de acceso abierto, desde la ley de 2016 hasta las resoluciones y la reglamentación de 2017 – 2019. 

Entonces cabe preguntarse cómo nos estamos haciendo cargo institucionalmente de este tema que está creciendo. El Coordinador tiene una unidad de monitoreo de la competencia que tiene varias características distintas. El modelo fue sacado de los operadores independientes (ISOs por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. Pero esos operadores tienen una función que no tiene nuestro Coordinador que es la función de diseño de mercado y, por lo tanto, nuestro monitoreo de la competencia no tiene que ver con las condiciones de mercado y cómo ésta afecta a los distintos agentes. El monitoreo de la competencia aquí en Chile está enfocado al acceso, licitaciones y servicios complementarios que son funciones, más o menos regulatorias, más allá de un operador. Está enfocado en el lado de mercado, básicamente, más o menos fallas y acceso a combustible, gas fundamental. 

Los casos de la unidad de monitoreo de la competencia no son vinculantes, son simplemente una remisión de antecedentes a la fiscalía. El caso chileno, en que tenemos un regulador y un operador con funciones de competencia, es medio sui géneris en el derecho comparado. Entonces, la pregunta que cabe aquí es si podríamos tener, por ejemplo, competencia en manos reguladoras aquí en Chile, y si no sería mejor dejarle la competencia al regulador conversando siempre con la Fiscalía Nacional Económica. 

Por otro lado, en este mercado en transición, quizás también se podrían repensar las instituciones. Hoy día tenemos objetivos de confiabilidad, de sostenibilidad cada vez más importantes, otros que tienen que ver con la comunidad, con impactos y costos ambientales, y tenemos objetivos de competencia. Si uno toma las jurisdicciones comparadas de Inglaterra y España, se desprende que tienen estos objetivos en manos de un mismo ente. Nosotros tenemos estos objetivos más o menos separados institucionalmente, entonces quizás, una buena pregunta es si efectivamente nuestro sistema institucional hoy día, sobre todo considerando la competencia, da el ancho para los temas de competencia que se van a venir a futuro, pero también si efectivamente es el sistema adecuado para nuestro sistema y cómo éste se está desarrollando. 

Necesitamos un mandato más claro para mantener la competencia en el mercado. Esto es algo transversal a Chile, no hay un mandato de competencia explícito. Los operadores independientes en Estados Unidos tienen un mandato de precios lo más bajos posibles que es muy distinto a los precios más bajos. Entonces, lo más bajo posible considerando otras condiciones, es lo que expresan los organismos de competencia. Más allá de que de verdad uno pueda pensar que nuestro sistema hasta el minuto ha funcionado bien, y no tenemos por qué pensar lo contrario hacia el futuro, siempre es bueno hacerse preguntas en relación a si el sistema es el más adecuado en la forma que está hecho.